Mouse Guard: Hacha negra

Título: Mouse Guard: Hacha negra
Autor e ilustrador: David Petersen
Traductor: A. Fernández
Rotulador: Joan Moreno
Editorial: Norma
Número de páginas: 216
Primera edición: abril 2014
ISBN: 978-84-679-1441-2

En 1115, mucho antes de los acontecimientos del invierno de 1152, el guardián Celanawe se embarcó en busca del Hacha Negra. Una peligrosa aventura que lo llevó, acompañado de su única pariente y de un joven y aguerrido marinero, a atravesar el mar del Norte, conocer al Rey de los hurones y enfrentarse a bestias mucho más grandes que ratones. Ha llegado la hora de contar el origen de Hacha Negra.


La calidad de este cuarto tomo, tercero en la línea principal, es igual de bueno y tiene acabados idénticos a los anteriores números por lo que no nos extenderemos en maravillarnos con el continente de esta obra. También en este tomo se incluyen datos sobre la vida de los ratones e ilustraciones por otros artistas.

La historia es en parte continuación, ya que el relato marco sucede en la primavera de 1153 tras los eventos del segundo tomo y a falta de seis días para el solsticio y la posterior reunión de líderes; por otra parte se explica cómo Celanawe se hizo con la mítica Hacha Negra.

En el prólogo tenemos a la matriarca Gwendolyn hablando de cómo han afectado los acontecimientos narrados durante el Otoño e Invierno en la vida de los ratones, incluyendo a Lieam que sigue desaparecido desde el invierno.

En Hacha Negra el protagonista es el guardián Celanawe, a quien recordaremos salvando a los protagonistas en Otoño, que se encuentra en el puesto costero de Frostic hasta que Em llega desde Appleloft en busca de su último pariente vivo para pedirle una importante misión, avalada por una carta de la matriarca Bronwyn. Se menciona durante este capítulo que Loukas fue el último discípulo de Celanawe, y aquel fue maestro de Saxon como supimos en Invierno.

El encuentro entre los parientes tendrá que verse interrumpido por dos parejas de martas en celo que irán a cazarlos como si fuesen meros trofeos, acabando previamente con la vida del cuervo que acompañaba a Em. Los familiares consiguen huir de sus perseguidores para buscar un barco en Port Sumac que les lleve a la última localización conocida del arma y su portador.

En la Campana del marinero conocerán a un joven Conrad, quien recordemos era un anciano miembro de la guardia en el primer tomo, que estaba intentando recuperar el título de capitán de los capitanes que ostentaba su padre hasta que falleció. Por suerte será convencido para enrolarse en una aventura que le llevará más allá de los territorios conocidos por los ratones y a conocer al mismísimo rey de los hurones. Y hasta aquí os podemos contar, que no queremos estropearos la diversión. Si aún no habéis leído nada de esta serie, os animamos a hacerlo y a conocer también su juego de rol, que ha sido traducido por Holocubierta.

Tras el epílogo tenemos un mapa de los territorios de los ratones, la historia de los Farrer, las cartas del reino de Ebon e información sobre los navíos, el salón de Ildur, Port Sumac, Shorestone y la habitación privada de la matriarca con sus once vidrieras. Finaliza con la galería de pin-ups antes mencionada. Como siempre la información adicional es perfecta para el juego de rol, por los datos históricos y cotidianos que se ofrecen, que ayudan a dibujar mejor aún esta sociedad en nuestra mente.

Parece habitual terminar las entradas sobre Mouse Guard con algo que amplíe el mundo de esta serie y en esta ocasión se trata de los peluches que ya están en preventa de la serie. Según nos cuenta el propio Petersen en su blog, hubo un peluche de Lieam en 2007, que juraría estaba en el stand de Holocubierta en las pasadas LES, y desde entonces no ha habido más. Skeleton Crew Studios va a dar vida a nuestros amados ratones y a algunas de sus armas en unas bonitas réplicas que podéis ver en su web. La verdad es que dan ganas de darles un buen achuchón, ¿no creeís? 

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